lunes, 20 de junio de 2011

Brasil tendrá las primeras cárceles privadas de América Latina

Por BBC Mundo, BBC Mundo, Última actualización: 19/06/2011
Brasil tendrá las primeras cárceles privadas de América Latina
El país construye dos prisiones que serán hechas y operadas por empresas, una modalidad que ya se practica en otros lugares del mundo pero que no deja de ser cuestionada.

"Unidade de Parcerias Público-Privadas, gobierno Minas Gerais"
Estados Unidos las adoptó en los años '80 y en la última década se multiplicaron en el Reino Unido y otros países europeos. Ahora, las cárceles privadas llegarán por primera vez a América Latina.

A fin de año, Brasil -el país más grande de la región- tendrá listas sus primeras dos prisiones construidas y administradas por empresas privadas.

El complejo penal de Ribeirão das Neves, en el estado de Minas Gerais, y el Centro Integrado de Resocialización de Itaquitinga, en Pernambuco, tendrán capacidad para alojar a unos 3.000 presos, respectivamente.

Ambos presidios se construyeron siguiendo el modelo de Sociedad Pública-Privada (PPP, según su sigla en portugués y en inglés), un formato desarrollado por el gobierno británico que permite usar capital privado para pagar por infraestructura pública.

De acuerdo con sus impulsores, una de sus principales ventajas es que permite financiar obras costosas, evitando que el Estado tenga que realizar millonarias inversiones iniciales.

Además, los adherentes de este sistema sostienen que fomenta un mejor servicio ya que las empresas privadas tienen incentivos económicos para realizar bien su tarea.

Sin embargo, los detractores aseguran que ocurre lo contrario, y cuestionan el hecho de que las funciones y responsabilidades del Estado estén en manos privadas.

Tal es la postura de la Pastoral Carcelaria de Brasil, que criticó las nuevas cárceles privadas asegurando que "la empresa entra para tener lucro y los presos son usados para eso".

¿Un incentivo para arrestar?

La institución religiosa no es la única que cuestiona las cárceles privadas. Algunos críticos temen que convertir los establecimientos penitenciarios en un negocio puede incentivar el arresto de personas.

El estado de Minas Gerais anunció que pagará 75 reales (cerca de US$50) diarios al consorcio brasileño Gestores Carcelarios Asociados por cada preso que aloje en la cárcel que construye en la periferia de la capital estatal, Belo Horizonte.

No obstante, Marcos Siqueira Moraes, responsable de la Unidad de PPP del gobierno de Minas Gerais -que lleva a cabo el proyecto de la prisión nueva- le aseguró a BBC Mundo que se trata de un debate sin sentido debido a que el Estado ya sufre por una sobrepoblación carcelaria.

En efecto, Brasil es uno de los países con mayores problemas de hacinamiento carcelario del mundo. De acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), unas 470.000 personas cumplen condenas en presidios que tienen capacidad para albergar a 300.000 reos.

Según Siqueira Moraes, cárceles privadas como la de Ribeirão das Neves ayudarán a paliar esta situación y además ofrecerán una mejor calidad de servicio a los presos.

La experta en seguridad chilena Lucía Dammert está de acuerdo.

"Si bien es válido cuestionar si las cárceles privadas incentivan más arrestos, en América Latina, donde hay -en promedio- el doble de prisioneros que camas en las cárceles, lo más seguro es que este sistema no aumentará la tendencia a arrestos", dijo a BBC Mundo.

Dammert también señaló que existen evidencias de que las cárceles privadas ofrecen "mejores condiciones" para los internos, aunque agregó que los niveles de reincidencia se mantienen igual que en las prisiones comunes.

¿Quién es responsable de la seguridad?

Tanto Chile como Brasil ya tienen cerca de una decena de cárceles "concesionadas" -o "tercerizadas"- en las que varios de los servicios que se brindan -salud, alimentación, educación, entre otros- están en manos de empresas.

"Unidade de Parcerias Público-Privadas, gobierno Minas Gerais"
Pero las nuevas cárceles privadas de Minas Gerais y Pernambuco serán las primeras en las que la seguridad también será responsabilidad de una compañía.

Sin bien el Estado estará a cargo de vigilar el perímetro externo de los establecimientos y de trasladar a los reos, la vigilancia dentro de los presidios quedará en manos de las empresas que las manejen.

¿No está incumpliendo el Estado su papel de garante de la seguridad si delega esa función a una entidad comercial?

No, según Siqueira Moraes.

"El Estado nombrará al Director de Seguridad de cada una de las unidades del complejo y ellos serán responsables por los prisioneros", afirmó.

Las prisiones privadas contarán con más tecnología, por lo que harán falta menos guardias: en las cárceles públicas hay uno por cada 2.5 prisioneros, en las privadas habrá uno por cada 3.5 o 4.

Más caro, más seguro

Pero estos beneficios que ofrecen las cárceles privadas tienen un costo. Según Dammert, los prisioneros retenidos en estos recintos le cuestan al Estado aproximadamente el doble de lo que se invierte por un reo en una cárcel común.

Siqueira Moraes admite que hay una diferencia en el costo, aunque advierte que en Brasil los gastos que realiza el Estado para mantener a su población carcelaria ya son altos.

"La sociedad tiene que decidir: ¿cuál es la mejor manera de invertir este dinero?", señaló.

Para el funcionario, las cárceles privadas podrían solucionar un problema histórico que tiene el país: el nivel de criminalidad y corrupción que existe dentro de los presidios.

Una gran parte del crimen organizado es coordinado desde los mismos establecimientos penitenciarios, dominados por los jefes del narcotráfico.

Las nuevas cárceles están diseñadas para minimizar el contacto y la comunicación entre bandos. Además, las empresas deberán cumplir con una serie de normas -o "indicadores"- de cuya aprobación dependerá el 20% de los ingresos que reciban del Estado.

Entre los más de 400 indicadores se estipula la prohibición de que los presos usen teléfonos celulares, la herramienta más usada para organizar crímenes.

"Por ahora esta cárcel será una experiencia de prueba, si tiene éxito quizás adoptemos el sistema", expresó el funcionario.

viernes, 10 de junio de 2011

PLANEAMIENTO, DOCTRINAS Y POLÍTICAS

PLANEAMIENTO, DOCTRINAS Y POLÍTICAS

Como hemos visto, casi al pasar, la estrategia tiene como principal herramienta el planeamiento. Por ello este es el nivel que podríamos denominar “teórico”, ya que planificar no es otra cosa que, con determinados elementos de juicio y antecedentes, esbozar un accionar futuro. Constituiría una suerte de intento de capturar lo venidero. El planeamiento es el instrumento o modo específico de la Conducción Estratégica, cuyo resultado es un plan, programa, orden de servicio, orden de operaciones o como se lo denomine de acuerdo a la entidad y circunstancias. También puede ser un documento referido a doctrina, políticas o un proyecto de cualquier tipo.

El planeamiento con expresión de la conducción superior, se inscribe en el marco de realidades legales, históricas, sociales, económicas, políticas; es decir los elementos exógenos, los que rodean externamente a la Institución, que mayoritariamente escapan al control del conductor, pero que deben ser tenidos especialmente en cuenta ya que –en alguna medida– lo determinan. Pero, el que planifica, tiene primordialmente presente los elementos endógenos, o sea los internos, característicos y específicos de cada empresa o entidad.

Se tendrá especialmente en cuenta que la conducción táctica u operativa (la del hacer), también planifica, a veces sobre la marcha de los acontecimientos, porque así lo exige nuestra labor policial.

A pesar de ser la herramienta básica de la conducción superior, es utilizado en todos los niveles; los clásicos ya señalados, los establecidos en el Sistema Integral de Inteligencia Policial (S.I.I.P), que se puede consultar en el Anexo de este libro que señala:

Nivel de Conducción Estratégico General (como vimos estratégico y general significan lo mismo).

Nivel de Conducción Estratégico Operacional (es decir guía “general-operativa”)

Nivel de Conducción Táctica Superior: comprendida por Unidades Regionales

Nivel de Conducción Táctica Inferior: elementos dependientes de UURR.

Este vocabulario “sui géneris” que no compartimos por no haberse respetado elementales pautas semánticas, lo consignamos por ser documento oficial de la Fuerza pero que, entendemos, no ayuda a clarificar la actual confusión en el uso de los niveles de la conducción.

Si se tiene en cuenta la posición del General francés André Beaufre, que sostiene la existencia de una “Conducción Logística”, dado el auge e importancia que han adquirido los recursos materiales ante el avance de las técnicas y ciencias, también en esa área será insoslayable el planeamiento como herramienta indispensable.

Dos elementos que están siempre presentes, ya sea en forma documentada o de hecho, en toda agrupación: las doctrinas y las políticas; constituyen los andariveles dentro de los cuales se deben alcanzar los fines inmediatos y los fines mediatos. Con la legislación y los usos son el marco obligado dentro del cual se planifica.

La doctrina, que según la definición académica es una opinión que por lo común profesan los autores que han escrito acerca de un mismo asunto o materia, tiene en este caso el significado de: un cuerpo amplio permanente de pensamientos que da sentido y explicación a los objetivos y metas, que son razón de ser –en nuestro caso– de la existencia misma de la Policía.

Las políticas, que se entenderían como orientación que regla la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado, tiene un sentido más limitado e inmediato que la doctrina.

Según Alcalá Zamora y Cabanellas, en su “Tratado de Política Laboral y Social”, la política “es la concepción de planes y la aplicación de medidas, por el Estado y otros organismos de eficacia pública, que contribuyan a aliviar o eliminar los antagonismos sociales…”. De la misma forma que los jueces, toman en cuenta las circunstancias puntuales de cada caso a la luz de la doctrina y la jurisprudencia, así los hombres que ejercitan la conducción superior, deben tener presente la doctrina y las políticas institucionales, para que el planeamiento se desenvuelva dentro de los carriles convenientes.

Podríamos decir que la doctrina sería una política permanente y las políticas una doctrina inmediata, ya que la doctrina tiende a mantenerse y enriquecerse y las políticas son coyunturales, cambian, se modifican en especial por medio de los elementos exógenos, cuestiones que profundizaremos más adelante, en los capítulos dedicados especialmente al planeamiento como actividad.

De todos modos convendría retener, en lo que hace a política institucional, que tiene su expresión habitual en los “Se Comunique” de Jefatura o disposiciones a la superioridad que van señalando el mejor modo de cumplir con la misión, en cada momento y circunstancia concreta.

Las políticas, tomada la expresión en sentido amplio, señalan en el nivel nacional, provincial y también en el institucional, la forma como las autoridades máximas en los tres órdenes señalados, entienden que se deben alcanzar los objetivos. También indican las prioridades, conforme a lo que estiman es lo mejor para el bien común.

Hay una clara vinculación entre el marco legal y las políticas, ya que ambas expresiones obligan. Las leyes y decretos, parecería que se estudian y aprueban para que permanezcan en el tiempo y, de hecho, habitualmente perduran. Las políticas responden a la impronta de los distintos momentos históricos que, actualmente, son muy cambiantes.

Otra cuestión que emparenta a políticas y leyes, es que no es procedente, no corresponde, no conviene, es imprudente, que se impartan instrucciones de política institucional (o políticas gubernamental) que vulneren leyes y decretos en vigencia, y no en su parte interpretativa, en su “espíritu”, sino en su letra.

Por ello los funcionarios llamados a formular políticas, para que éstas tengan eficacia y no sean –como ha pasado en innumerables casos – letra muerta o mera expresión de deseos, deberán obtener un buen diagnóstico o sea un cuadro de situación lo más objetivo y cierto posible, establecer prioridades en cuanto a los aspectos a atender, corregir o mejorar y, dentro del gran marco legal que rige a la Policía y sus diversas actividades –no desconociendo la ley – emitir los documentos formales para establecer las políticas a tener en cuenta y cumplir.

Parricidio: qué secuelas quedan en la mente de los que matan

Parricidio: qué secuelas quedan en la mente de los que matan

Matar a los padres, para los parricidas, es un acto de liberación. En la mayoría de los casos, según estimaciones de la práctica profesional, una forma extrema de decir "¡Basta!" a años de soportar en silencio gestos, palabras y actos de sometimiento y dominación. Pero ¿qué secuelas quedan en la mente y la personalidad de los que matan? ¿Sienten culpa? ¿Pueden reincidir?

Resulta muy difícil encontrar estudios locales en los que, tras un seguimiento psiquiátrico riguroso, se respondan esas preguntas. Sin embargo, especialistas reconocidos por su trabajo con adolescentes o jóvenes que cruzaron esa línea o que lo intentaron aportan algunas claves.

"Son personas muy dominadas durante mucho tiempo y que llegan a matar porque un día estallan con una enorme carga de emoción. También puede ocurrir en chicos que se identifican con la madre y que ven cómo el padre la maltrata hasta que, hartos, un día lo matan. En algunos casos, es la madre la que mantiene un vínculo incestuoso con un hijo, que va soportando hasta que no lo soporta más", explicó a La Nacion el profesor doctor Mariano Castex, docente de la Facultad de Derecho de la UBA y director del Centro Interdisciplinario de Investigaciones Forenses de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires.

También existen otras motivaciones, como la ideológica o la altruista, pero que suelen ser más raras y, generalmente, secundarias. "Sin duda, los casos que más impactan son los que se producen por un desborde emocional que le impide mantener la conducta y hace que la agresividad brote en masa", indicó el experto, que, mientras habla, reafirma cada expresión con ejemplos concretos durante años de trabajo forense.

Luego, esa sensación de liberación se abre paso entre distintas reacciones. "Quedan con la personalidad destruida, aparece la culpa, se deprimen o entran en una insania total -agregó Castex-. Y si no reciben tratamiento y van a la cárcel se pueden hacer psicópatas, un título del que los forenses suelen abusar bastante porque una persona psicópata soporta mucho y no tiene sentimientos, mientras que los que matan a sus padres, en el fondo, sí los tienen."

En el camino, aparecen los trastornos de adaptación, algunos se suicidan, como una forma de castigarse por haber "destruido" a esa figura dominante, y otros, con una altísima capacidad de adaptación y defensa, no se resignan. "Si van a la cárcel, que hoy es la universidad del delito, los que más fácil sobreviven son los que se vuelven psicópatas. Porque ahí, los atacan y los matan por perversos o ellos presentan batalla con todo, se vuelven dominantes, sobreviven y triunfan. Piensan que son capaces de hacer cualquier cosa", agregó.

Para la psiquiatra infantojuvenil Marcia Braier, las secuelas son también las de una persona maltratada. "Si hay una conducta homicida, el pronóstico es variable porque el maltrato infantil es una figura paralela a la personalidad que se desarrolle, lo que ocurre a partir de la biología, la psicología y el entorno. Esa estructura se forma en los primeros años de vida, y si en ese período un chico es maltratado puede tomar varios caminos: identificarse con el agresor o reaccionar", indicó Braier, docente del posgrado de Psiquiatría para Adultos de la Facultad de Medicina de la UBA, y de Psiquiatría Infantil de la Universidad del Salvador.

En los parricidas, agregó, "evidentemente hay una identificación con el agresor: mata quien puede. No es normal ni justificable". Es que, como explicó el doctor Roberto Yunes, director del Hospital Infantojuvenil Tobar García, "es muy raro que un hijo mate a un padre. A veces, aparecen fantasías por alguna bronca, que no llegan a más. Pero cuando hay alteraciones en la familia y los chicos crecen con violencia, actúan con violencia".

¿Pueden repetir la conducta? No y quizás, según los expertos. "No reinciden porque se liberaron", dijo Castex. Para Brier, "si se replican las circunstancias, el riesgo es altísimo. Tienden a tener conductas perversas".

FUENTE: LA NACION