viernes, 10 de junio de 2011

PLANEAMIENTO, DOCTRINAS Y POLÍTICAS

PLANEAMIENTO, DOCTRINAS Y POLÍTICAS

Como hemos visto, casi al pasar, la estrategia tiene como principal herramienta el planeamiento. Por ello este es el nivel que podríamos denominar “teórico”, ya que planificar no es otra cosa que, con determinados elementos de juicio y antecedentes, esbozar un accionar futuro. Constituiría una suerte de intento de capturar lo venidero. El planeamiento es el instrumento o modo específico de la Conducción Estratégica, cuyo resultado es un plan, programa, orden de servicio, orden de operaciones o como se lo denomine de acuerdo a la entidad y circunstancias. También puede ser un documento referido a doctrina, políticas o un proyecto de cualquier tipo.

El planeamiento con expresión de la conducción superior, se inscribe en el marco de realidades legales, históricas, sociales, económicas, políticas; es decir los elementos exógenos, los que rodean externamente a la Institución, que mayoritariamente escapan al control del conductor, pero que deben ser tenidos especialmente en cuenta ya que –en alguna medida– lo determinan. Pero, el que planifica, tiene primordialmente presente los elementos endógenos, o sea los internos, característicos y específicos de cada empresa o entidad.

Se tendrá especialmente en cuenta que la conducción táctica u operativa (la del hacer), también planifica, a veces sobre la marcha de los acontecimientos, porque así lo exige nuestra labor policial.

A pesar de ser la herramienta básica de la conducción superior, es utilizado en todos los niveles; los clásicos ya señalados, los establecidos en el Sistema Integral de Inteligencia Policial (S.I.I.P), que se puede consultar en el Anexo de este libro que señala:

Nivel de Conducción Estratégico General (como vimos estratégico y general significan lo mismo).

Nivel de Conducción Estratégico Operacional (es decir guía “general-operativa”)

Nivel de Conducción Táctica Superior: comprendida por Unidades Regionales

Nivel de Conducción Táctica Inferior: elementos dependientes de UURR.

Este vocabulario “sui géneris” que no compartimos por no haberse respetado elementales pautas semánticas, lo consignamos por ser documento oficial de la Fuerza pero que, entendemos, no ayuda a clarificar la actual confusión en el uso de los niveles de la conducción.

Si se tiene en cuenta la posición del General francés André Beaufre, que sostiene la existencia de una “Conducción Logística”, dado el auge e importancia que han adquirido los recursos materiales ante el avance de las técnicas y ciencias, también en esa área será insoslayable el planeamiento como herramienta indispensable.

Dos elementos que están siempre presentes, ya sea en forma documentada o de hecho, en toda agrupación: las doctrinas y las políticas; constituyen los andariveles dentro de los cuales se deben alcanzar los fines inmediatos y los fines mediatos. Con la legislación y los usos son el marco obligado dentro del cual se planifica.

La doctrina, que según la definición académica es una opinión que por lo común profesan los autores que han escrito acerca de un mismo asunto o materia, tiene en este caso el significado de: un cuerpo amplio permanente de pensamientos que da sentido y explicación a los objetivos y metas, que son razón de ser –en nuestro caso– de la existencia misma de la Policía.

Las políticas, que se entenderían como orientación que regla la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado, tiene un sentido más limitado e inmediato que la doctrina.

Según Alcalá Zamora y Cabanellas, en su “Tratado de Política Laboral y Social”, la política “es la concepción de planes y la aplicación de medidas, por el Estado y otros organismos de eficacia pública, que contribuyan a aliviar o eliminar los antagonismos sociales…”. De la misma forma que los jueces, toman en cuenta las circunstancias puntuales de cada caso a la luz de la doctrina y la jurisprudencia, así los hombres que ejercitan la conducción superior, deben tener presente la doctrina y las políticas institucionales, para que el planeamiento se desenvuelva dentro de los carriles convenientes.

Podríamos decir que la doctrina sería una política permanente y las políticas una doctrina inmediata, ya que la doctrina tiende a mantenerse y enriquecerse y las políticas son coyunturales, cambian, se modifican en especial por medio de los elementos exógenos, cuestiones que profundizaremos más adelante, en los capítulos dedicados especialmente al planeamiento como actividad.

De todos modos convendría retener, en lo que hace a política institucional, que tiene su expresión habitual en los “Se Comunique” de Jefatura o disposiciones a la superioridad que van señalando el mejor modo de cumplir con la misión, en cada momento y circunstancia concreta.

Las políticas, tomada la expresión en sentido amplio, señalan en el nivel nacional, provincial y también en el institucional, la forma como las autoridades máximas en los tres órdenes señalados, entienden que se deben alcanzar los objetivos. También indican las prioridades, conforme a lo que estiman es lo mejor para el bien común.

Hay una clara vinculación entre el marco legal y las políticas, ya que ambas expresiones obligan. Las leyes y decretos, parecería que se estudian y aprueban para que permanezcan en el tiempo y, de hecho, habitualmente perduran. Las políticas responden a la impronta de los distintos momentos históricos que, actualmente, son muy cambiantes.

Otra cuestión que emparenta a políticas y leyes, es que no es procedente, no corresponde, no conviene, es imprudente, que se impartan instrucciones de política institucional (o políticas gubernamental) que vulneren leyes y decretos en vigencia, y no en su parte interpretativa, en su “espíritu”, sino en su letra.

Por ello los funcionarios llamados a formular políticas, para que éstas tengan eficacia y no sean –como ha pasado en innumerables casos – letra muerta o mera expresión de deseos, deberán obtener un buen diagnóstico o sea un cuadro de situación lo más objetivo y cierto posible, establecer prioridades en cuanto a los aspectos a atender, corregir o mejorar y, dentro del gran marco legal que rige a la Policía y sus diversas actividades –no desconociendo la ley – emitir los documentos formales para establecer las políticas a tener en cuenta y cumplir.

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