martes, 26 de julio de 2011

Dismorfia muscular

 

Vigorexia, también conocido como dismorfia muscular, es un trastorno de la conducta alimentaria que versa sobre una percepción del cuerpo errónea lo que produce una constante obsesión por él mismo.

Una persona que sufre vigorexia, cuando se mira frente al espejo, ve una persona con una tonicidad muscular débil y blandengue, alguien poco atractivo a pesar de que su cuerpo puede estar, perfectamente, bien tonificado.

Ante esta visión distorsionada, toman la decisión de hacer cada vez más ejercicio, exponiendo a sus cuerpos a innumerables horas de gimnasio, pesas… obteniendo un cuerpo desproporcionado, están excesivamente musculados para su talla y contextura física.

Además, muchos de ellos se someten a dietas con altos contenidos en proteínas y carbohidratos, eliminando de manera sistemática las grasas que pudiera ingerir. Con demasiada frecuencia, es fácil encontrar a una persona que sufre vigorexia consumiendo anabolizantes y, o sustancias androgénicas.

Estadísticamente, son los hombres los que padecen con mayor probabilidad vigorexia.

Los resultados son una obsesión constante por conseguir un cuerpo musculado, llegando a ser adictos al ejercicio y por tanto, gimnasios. Parece demasiado fácil realizar comparaciones detalladas con el resto de compañeros de entrenamiento, pero siempre evaluándose como inferior al resto, dada su distorsión.

En muchas ocasiones, para poder lograr hallar más tiempo para realizar ejercicio, muchos abandonan gradualmente sus actividades cotidianas, tanto familiares como sociales, teniendo como única red social la del gimnasio.

La primera solución para este tipo de problema sería eliminar el culto al cuerpo en la que está basada la moralidad de esta sociedad.

No hay comentarios: